Santa Helena de Uairén, Venezuela meridional, frontera con Brasil.
La posada donde alojamos se llama Apòipo, que en idioma local es una forma de saludo bien augural. Es un buen auspicio para un grupo que quiere meterse en cosas un poco complicadas y en un lugar lejano de todo.
Desde aquì los pocos turistas de paso se van al famoso Roraima, el tepui màs frecuentado, ubicado un centenar de km a noreste. Nosotros mañana iremos al otro lado, al oeste, por unos 500 km. En la madrugada, desde el pequeño aeropuerto saldrà una muy rara escuadrilla aérea: un helicòptero Long Ranger, un viejo aéreo Antonov de carga con la abundante tonelada de equipo que siempre llevamos, dos pequeños Cessna. En total 12 personas, 8 italianos y 4 venezolanos.
Es la ya conocida “Banda de los Tepuis”, encabezada por el pirata Cesco Sauro, sin pañuelo de cabeza pero con su famoso reloj, botìn de una victoria que nos permite estas investigaciones para nada econòmicas. Pero no serian suficientes los dòlares si no estuvieran con nosotros nuestro socio Freddy con los demàs amigos del grupo espeleològico venezolano Theraphosa.
Pero que son los tepuis? Van 25 años que venimos aquì, deberìan saberlo ya... son torres gigantes y muy antiguas que se elevan sobre la llanura Gran Sabana, hechas por durìsima cuarcita. Montañas puestas definitivamente al borde entre realidad y fantasìa, pero màs de este ultimo lado..
Existen unos 70 tepuis, esparcidos en un territorio muy grande, casi todos poco accesibles sin medios aéreos. Voy a decir màs: muchos todavìa no estàn alcanzados por el hombre.
Y hay cuevas en los tepuis? Bueno, tenemos que explicar todo verdad? En teorìa no deberìan existir porqué la cuarcita es infinitamente menos soluble que nuestra amada caliza, pero en realidad existen. La increìble edad de estas montañas, màs de un billòn de años, permitiò que en el interior de ellas ocurriera de todo: grietas profundìsimas, cuevas horizontales de gran extensiòn, nuevos minerales, nuevas concreciònes, nuevas formas de vida... es decir un mundo ajeno que puede regalar mucho a la investigaciòn cientìfica.
Nuestro mayor descubrimiento, la cueva llamada Iamawarì Yeuta, larga màs de 20 km, fue realizada solamente hace tres años en el Auyan Tepui, y abriò fronteras de exploraciòn impensables. Por esto ha llegado el momento de un tepui màs remoto, el Sarisariñama. Nombre bonito verdad?
Vamos a explorarlo, pero no somos los primeros. La pista donde mañana aterraremos con nuestra variopinta escuadrilla, cerca del pequeño pueblo indìgena de Kanarakuni, fue abierta hace medio siglo por un gran explorador italiano, Alfonso Vinci. Si no han leìdo ôVivir como su fuéramos eternosö hàgalo, vale la pena.
El Sarisariñama, que domina el àrea, fue alcanzado por primera vez por Charles Brewer Carias en 1974 y despues exactamente hace 40 años, en 1976, por un grupo de espeleòlogos de Bélgica y Venezuela, por supuesto con el apoyo de un helicòptero. Exploraron tres cuevas: la Sima Mayor, la Sima Menor y la Sima de la Lluvia. Esta ultima, larga 1 km y medio, en esta época fue la màs larga cueva del mundo en cuarcita. Imawarì hoy es 15 veces màs grande, pero no se trata de competir sobre quien encuentra la cueva màs larga.
El tema es entrar en los tepuis, explorando estas montañas una a la ves, de manera sistemàtica, y mirarlos con ojos nuevos. Se trata de perderse en su corazòn tridimensional y descubrir poco a poco todo lo desconocido que pueden contarnos. Lo vamos a enseñar a todos, no tengas dudas..
Tullio
La expedicion esta organizada por La Venta Esplorazioni Geografiche y Teraphosa Exploring Team con el soporte de: Gobernación de el Estado de Bolivar, Raul Helicopteros, Dolomite, Intermatica, Ferrino, Amphibious, De Walt, Allemano Metrology, Chelab, Scurion, GTLine, New Foods, MountainHouse, Bee1, Tensile, Raumer, Fedra srl di Tiziano Conte, Konus, Erboristeria Sauro.